lunes, 20 de septiembre de 2010

Manuel del Socorro Rodriguez
Nació el 3 de abril de 1758 en Bayamo (Cuba) y murió el 3 de junio de 1819 en Santafé de Bogotá. Es considerado el padre del periodismo colombiano.
Manuel del Socorro Rodríguez quedó huérfano de padre desde muy temprana edad, condición que lo obligó a trabajar en la carpintería para hacerse cargo de su familia. Sin embargo, paralelamente a la realización de estos oficios, se dedicó a estudiar juiciosamente humanidades y artes hasta que, en 1778, obtuvo el título de aptitud que más adelante le dio la posibilidad de viajar a Santiago de Cuba. Allí estuvo radicado varios años, pero en 1790 se trasladó a Santafé de Bogotá, en donde es nombrado bibliotecario público de la más importante biblioteca de la ciudad, cargo que jamás abandonó y que le dio las herramientas necesarias para convertirse en el iniciador del periodismo en Colombia.
Como consecuencia de sus inquietudes intelectuales, funda con algunos amigos la tertulia Eutropélica, de donde nace el periódico |Papel periódico de Santafé de Bogotá, primer periódico del país que habría de convertirse en el principal medio de expresión neogranadino durante seis años. El periódico nace oficialmente en 1791 y se acaba en 1797. Su dirección siempre estuvo a cargo de Manuel del Socorro Rodríguez, quien logró que en sus páginas escribieran personajes importantes en diferentes campos, desde el político ?como eje principal?, pasando por el científico.
Más adelante, en 1806, funda el periódico |El redactor de América, en el que objetivo era crear, por intermedio de él, una biblioteca americana que reuniese a los mejores y más destacados escritores criollos de la época para, así, demostrar la importancia de las letras en el futuro de un país.
Pero Manuel del Socorro Rodríguez no sólo se interesaba por las letras; también veía y creía en la importancia del comercio y de la agricultura en las colonias como asuntos indispensables para lograr cierta autonomía frente al Virreinato. Por esta razón, muchos de sus escritos estuvieron encaminados a mostrar las bondades y posibilidades de las tierras donde vivía, así como a señalar la importancia de hacer algo concreto con las herramientas que la tierra suministraba, pues creía que no se podía seguir hablando sin actuar.
A diferencia de muchos criollos, Manuel del Socorro Rodríguez no sólo comprendía lo negativo que resultaban la colonización y la invasión europeas en las tierras americanas, sino que también criticó vehementemente la esclavitud y la forma devastadora en que los españoles colonizaron y acabaron con las culturas indígenas, subrayando siempre el hecho de que era imperativo y urgente resarcir los daños mediante un redescubrimiento. Su idea era rescatar las culturas indígenas como pilares fundamentales de la nueva cultura que se estaba gestando.
Manuel del Socorro Rodríguez siempre vivió modestamente, pero, al final de su vida, su pobreza se incrementó de tal manera que se vio obligado a vivir de la caridad y a ejercer otros oficios además del de bibliotecario, entre los cuales estuvo el de miembro activo del Colegio electoral de Cundinamarca, en donde ayudó a Antonio Nariño, por lo cual estuvo a punto de ser fusilado durante el proceso de reconquista llevado a cabo por España después de la caída de Napoleón Bonaparte.

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